27/4/11

La velocidad y el tocino

"Para mentir se necesitan dos: uno que mienta y otro que crea."
Homer Simpson

arece que los dos focos de atención estos días, además de los  cinco millones de trabajadores desempleados, es la boda de Guillermo de Inglaterra y el partido Madrid-Barça de esta noche. Y sin embargo a mí me ronda otro tema. Estos días circula por las redes sociales una petición dirigida al Parlamento europeo a la que adherirse para frenar la implantación de la DIRECTIVA 2004/24/CE DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO  (*) con vigencia a partir del próximo 30 de abril. De la petición hay una traducción automática lacerante en un enlace de Gaia Health y, en resumen, se clama por los derechos civiles y la libre elección de los remedios para cuidar la propia salud.
Aunque he firmado la petición, de la lectura de la Directiva no se extrae nada que parezca nocivo contra los derechos civiles puesto que vela por la calidad, la seguridad y la eficacia de los llamados medicamentos tradicionales a base de plantas. El hecho de que  en el artículo 9 se mencione la constitución de un Comité en el seno de la Agencia Europea para la Evaluación de Medicamentos y que se determine que este “debe estar compuesto de expertos en el ámbito de los medicamentos a base de plantas” es, al menos desde la buena fe, un garantía de que no se trata de una coartación de los derechos civiles o la imposición del punto de vista de la medicina llamada “científica” con el objeto de asegurarse su monopolio sobre la salud de los seres humanos y de los animales. He firmado sin embargo para que se tome en consideración la petición y se pueda valorar el impacto de una parte de la opinión.
No estoy lo suficientemente empapada de todo lo que acarrea esa Directiva como para formarme una opinión y menos para emitirla, pero lo que me resulta llamativo es el término “medicamentos tradicionales a base de plantas”. El lenguaje de la legislación es extraordinariamente figurativo pero fulminante. Por una parte, está bien que se asimile la fitoterapia a las mismas leyes que rigen para el consumo de fármacos, alimentos, cosméticos que la piel puede absorber, etcétera. No puede permitirse que en un bazar nos vendan pasta de dientes tóxica o fideos de cera que no han pasado ningún control y que no lo “pasarían” ni con la intercesión de toda la corruptela del mundo. No se puede ni se debe. Lo que no me parece tan claro es que se asimile el término medicamento y veo que ahí es donde hay el baile de los derechos civiles y  parte del resquemor por parte de los que practican las medicinas llamadas alternativas.  Me he acordado del tratado de Celso y de aquel epígrafe que aquí reprodujimos, donde traduje ac neque medico neque iatroalipta egere con la frase de mi cosecha “y no tiene necesidad ni de un médico ni de un remediero” porque la verdad es que no he encontrado en nuestra lengua que se use la voz yatrolepta ni nada que se le parezca y que remita a los que curan y lo hacen no desde el ejercicio profesional de la medicina oficial sino desde otros fundamentos terapéuticos.
Es decir, la idea que pretendo introducir es la de rechazar o al menos cuestionar esa otra idea de que la salud sea un monopolio de la medicina "científica". Y esto lo afirmo a sabiendas de que cada vez es más común ver como algunos de sus más acérrimos representantes se incomodan mucho cuando otros profesionales hablan de la salud. De esta manera no es extraño ver como desde el Qi Gong, el Yoga, etcétera, no está permitido invocar la palabra "salud" sino que como mucho se nos deja hablar de "bienestar" y -más concretamente- de "un cierto bienestar" un tanto difuso, edulcorado y más bien propio de débiles mentales. No sé si me explico. Un profesional siempre siempre siempre respetaría a otro profesional. A mí me gustaría que verdaderamente se empleara el llamado método científico para valorar las virtudes del polen de abeja, por ejemplo. No hace mucho leí un blog en el que se ridiculizaba el uso del polen de abeja -que dicho sea de paso para mí ha sido el único remedio factible contra la tensión baja (y los he probado todos)- sencillamente porque a los enfermos anticoagulados les aclara más aún la sangre. Curiosamente es raro que se comenten fuera de las publicaciones "científicas" las desventajas e interacciones de la anticoagulación y sus excesos. De la misma manera que las cloacas de Barcelona están llenas de antidepresivo  y restos  de ibuprofeno y paracetamol, el sistema circulatorio de demasiadas personas está atiborrado de sintrom. Es decir, en mi opinión, el problema es el sintrom y no el polen.


Osteographia de William Cheselden (1733)


En el saco de las llamadas medicinas alternativas se suele situar el Ayurveda (al cual debe mucho la medicina que nos administran, se imparte  en más de 400 universidades en el subcontinente indio y, por dar algún dato, cuenta con una farmacopea que reúne cosa de 8.000 plantas más los metales, etc.). También está la medicina china, que no es menos inmensa y venerable que la de India, aunque no tiene Cirugía y además la rechaza. Y luego se añaden toda suerte de escuelas terapéuticas para mí menores –con respecto al saber asiático- en las que lo mismo cabe la Homeopatía que las Flores de Bach que la Sofrología, la Balneoterapia y la Himnosis en general. Yo siento un interés y un respeto natural hacia la medicina india y china y he recurrido muchas veces, siempre obteniendo plena satisfacción, a la acupuntura. La primera vez que supe de la acupuntura fue a través de un neurradiólogo que se había formado también como internista en Francia. Mi amigo pudo asistir a una intervención quirúrgica en un hospital de París, con traqueotomía incluida, donde  la anestesia general se había practicado mediante unas solas agujas de acupuntura china. Y digo china porque también hay acupuntura coreana, pero no por complicar las cosas. El hecho de pretender que algo para ser científico tenga que superar un determinado tipo de prueba pseudocientífica basada en un método que simplemente está consensuado por la costumbre y la estadística o por los ensayos clínicos esos que mueven tanto dinero y tarugos, es  tan inoperante como pretender que el chino no es una lengua porque no tiene aoristo, que no lo sé porque igual lo tiene, como lo tiene el griego. Sin embargo, lamentablemente, da la casualidad de que los médicos y paramédicos que más se ceban en las medicinas antiguas de China e India y en los remedios "naturales" son en general profesionales bastante mediocres y se manejan como fundamentalistas o fanáticos.
Además de ese descrédito, que se desacredita fundamentalmente a sí mismo, lo que más perjudica las medicinas "complementarias" y tradicionales es el mal ejercicio que hacen de ellas algunos aficionados que habiendo realizado algún cursillo de 20 horas se echan al monte a sanar Roma con Santiago, Pinto y Valdemoro, la velocidad y el tocino. La Balneoterapia solo se entiende bien en aguas termales o medicinales, mientras que un spa urbano es simplemente un lugar lleno de grifos y piscinas e hilo musical pero cuyas aguas no tienen per se ninguna propiedad.
Si me dejara llevar por mis instintos haría acopio de cinco alimentos: atún, garbanzos, arroz, miel y aceite. La manzanilla también me ha recompuesto más de una vez, pero no más que el güisqui. Se suele decir que el único alimento que se ha hallado intacto en las pirámides es la miel, un poderosísimo antiséptico, un manjar exquisito. Siempre que encuentro miel pura  la compro. Había en mi anterior trabajo en el Hospital de Bellvitge un enfermero que había recibido una infinidad de sesiones de radioterapia que le habían dejado el área tratada (el ano, según tengo entendido) prácticamente a nada de la combustión y la desintegración. El único remedio que se podía aplicar y se aplicaba (uso tópico) era la miel. Le hidrataba y nutría los tejidos y no había peligro alguno de infección si es que algún animalito hubiera podido sobrevivir a una terapia tan agresiva e inhumana como lo es la de la  radioación churrusquerante. El atún no es que tenga propiedades especiales pero es que se está extinguiendo.

Publicado simultáneamente en Álbum del tiempo.
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25/4/11

Hacer relojes

roliferan los decálogos y las recomendaciones y toda suerte de puertas en el campo para el uso y la creación de cuentas en las redes sociales. Ayer apareció en "El Mundo" el decálogo de Twitter que ha presentado Pepe Blanco, el ministro de ¿Fomento?:
"1) Los usuarios que tratan de llamar la atención mediante insultos e impertinencias son conocidos como "trolls". Jamás hay que hacerles caso o se corre el peligro de conversar únicamente con ellos. Ante la duda, si un usuario es un "troll' o no, consultar al Observatorio en Red. Tenemos fichados a la mayoría. Don`t feed the troll.
2) Hay que emitir un mensaje positivo en la medida de lo posible. La gente en Twitter tiene la percepción de que PP y PSOE sólo arman ruido entre ellos y no hablan de temas interesantes ni cercanos.
3) Observar cómo escriben los demás antes de escribir. Familiarizarse con el comportamiento de los demás es fundamental; así como observar cómo escriben y de qué manera se comportan ellos.
4) Respeto fanático a la ortografía: Aunque sólo se disponga de 140 caracteres, escribir como en un SMS equipara a los Hoygan, los analfabetos en Internet.
5) Hay que expresarse de modo personal, pero jamás deslizar opiniones personales. A la gente le atrae saber qué opina o cómo piensa un partido político que utilice sus propias palabras. Para la comunidad de Twitter, Twitter es algo muy personal. No hay que twittear usando jerga política, pero tampoco expresar las propias opiniones. Jamás hay que ir más allá de lo expresado por nuestros portavoces, argumentarios o notas de prensa.
6) Hacer bromas o chistes. Humanizan y acercan a los demás. Sobre todo, si se hacen contestando a alguien que los haga amistosamente.
7) Responde a todas las menciones posibles y reconocer el desconocimiento en su caso. Un Twitter del PSOE no es oráculo, pero sí se dispone de mucha información que se puede proporcionar después. La sinceridad es una garantía de aceptación y un seguro contra titulares hostiles.
8 ) No somos el Gobierno, ni la Administración: Pueden hacerse acuse de recibo de los problemas que nos expresan los demás, pero no solucionamos problemas personales, ni actuamos como una ventanilla pública.
9) Poner fotos y enlaces externos de nuestros militantes y simpatizantes. A la gente le encanta que citemos a blogs o noticias en lugar de a nuestros argumentarios y notas de prensa. A veces, los demás se expresan mejor que el Aparato.
10) Preguntar todas las dudas. Siempre. Hay un equipo a tiempo completo para la Red. En el Observatorio en Red conocemos muy bien Twitter y sus usuarios. No dudes en trasladarnos tus dudas. Los patinazos en Internet no se olvidan, ni desaparecen, aun borrando el tweet. Estamos para que eso no ocurra."
Esto todo, sin entrar en detalles ni reparar en lo bien trabado y claro que sea el decálogo, me recuerda a la frase aquella de "Los niños no se tocan la nariz" que lo que indican precisamente es que los niños sí se tocan la nariz.


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24/4/11

El Museo Bibliosalud

A Ascensió Zubiri y a Roser Cruells

e entero a través del blog del SEDIC que a cuento del BIBLIOSALUD 2011 (Cádiz) celebrado este mes, han abierto un Museo Bibliosalud con las actas, las fotos, etcétera, de las jornadas que se han venido celebrando desde que  la amiga Fanny Ribes Cot organizó las primeras, en Santander, el año 1986. Sobre las organizadas el año 1987 en Barcelona remiten a un pdf con el libro de las comunicaciones y ponencias y  a tres fotos. Una de las fotos es de Jordi Serrano, que entonces trabajaba en la Fundació Puigvert y creo que es quien ha proporcionado otra de las fotos, que no es propiamente "pública", sino que corresponde a una salida que hicimos a toro pasado los del comité organizador (Isabel Astals, Rosaura Rubio, Jordi Serrano, Núria Terradas y servidora), donde fuimos a cenar al Scala y a ver cantar a María Dolores Pradera. Como digo, la foto con toda probabilidad la ha tenido que proporcionar Jordi Serrano al Museo. La otra foto -en que aparecemos Maribel Montes del Olmo, Fanny Ribes, una bibliotecaria de la Facultad de Medicina de Santiago de quien siento no recordar en estos momentos el nombre, y quien les habla-, la aporté yo a una página de Facebook (Oldfashioned Librarian) hará cosa de un año, después de haberla escaneado, y sí que muestra una escena pública, la cena de gala de las II Jornadas de Información y Documentación Biomédicas en el Hotel Ritz. 
En estos momentos y desde ya hace años, Rosaura Rubio está felizmente jubilada (hasta donde yo sé) y su participación en el comité fue inestimable y muy diversa, ejemplar en cualquier caso. Isabel Astals, que junto con Ramona Casas era uno de los pilares de la Biblioteca de la Acadèmia de Ciències Mèdiques, pienso que está  en la actualidad en la Reserva de la Biblioteca de la Universidad de Barcelona. Núria Terradas, otra gran profesional que había trabajado como Bibliotecaria en el Área General del Hospital Vall d'Hebron, se encuentra en la actualidad incluso alejada de Barcelona trabajando para el Ayuntamiento de un municipio de nuestra provincia. Recuerdo que la contribución de Lluïsa Amat, que hoy trabaja en la Universitat Politècnica de Catalunya, también fue muy considerable, aunque no figurara en parte alguna, y que las reuniones que prácticamente a semana realizamos, se hicieron a altas horas de la noche, fuera del horario de trabajo. Me atrevo a señalar esta particularidad porque si algo habría que remarcar en estos veinte años es a mi entender esa cuestión, ya que tiene un valor histórico incalculable puesto que hasta donde yo sé hoy en día es rarísimo que nadie entregue su tiempo y tanto fuera de la jornada laboral
La cuestión de la financiación de las II Jornadas fue prácticamente el único escollo que tuvimos, el primero que vencimos, y el que nos permitió poner nuestras ideas en marcha. Esta experiencia al menos a mí me sirvió para valorar qué aspectos había que potenciar en las reuniones y jornadas, si aquellos que favorecen la comunicación entre los participantes (eventos festivos y culturales paralelos), si los que se centran en la difusión, si los que impactan en un avance substancial de la materia tratada y en un compromiso hacia el futuro, etc.
Pienso que en los congresos pasa un poco como en las bodas, que siempre se quiere "superar" en medios y en todo la última a la que se ha asistido, especialmente porque va a haber invitados coincidentes. Después, queramos o no, por muy bien organizado que esté todo, hay una parte que no hay más remedio que consagrar a la improvisación y a la suerte, teniendo en cuenta por otra parte que la suerte no se improvisa, sobre todo la buena.
Para los que no estaban en los 80 por estos menesteres es difícil participarles que no vivíamos en el Paleolítico Superior o Inferior y que ya existía Medline y Embase. Por lo menos en Barcelona teníamos acceso a la base de datos de la National Library of Medicine, las bibliotecas del Hospital  de Sant Pau (Roser Cruells  y después Teresa Mas, muy queridas), la del Hospital Vall d'Hebron a través del host Dialog (Marta Jordà), la del Hospital de Bellvitge  a través del host alemán DIMDI (primero el año 1985 Rosa Espinòs y después a partir de 1986 yo), la del IQS (con el Padre Queralt) y las de algunos laboratorios farmacéuticos como Uriach, etc. Mucho antes incluso de que ese servicio se ofreciera en la Biblioteca de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona o incluso en el Col·legi Oficial de Metges, ya existía en las bibliotecas citadas, que se podían en cualquier caso contar con los dedos de las manos.

Las búsquedas bibliográficas requerían la intervención de un experto o de alguien iniciado en los comandos de cada host, en los entresijos de la estructura de los registros de las bases de datos bibliográficas y en lo accidentado de las conexiones telefónicas X25 y X28 de la llamada Telefónica, después Telefonica y hoy Movistar. Y esta particularidad sin embargo, lejos de alejarnos de los usuarios, nos acercaba más -codo con codo- a su manera de ver las cosas y a sus necesidades reales. Al menos de esta manera lo veo yo, tras haber pasado unos años por las no menos "heroicas" latitudes de la Documentación Clínica pura y dura, y haber vuelto al mundo bibliotecario. Y, tal y como dijo Fanny Ribes en una entrevista que recientemente le ha hecho la SEDIC, "El usuario de estas bibliotecas es quien da la pauta. El profesional debe estar siempre atento a las necesidades del usuario, y sobre todo debe actuar como un radar para ofrecer en todo momento lo más actual y novedoso, o simplemente lo que demanda el usuario. Lo ideal sería ser capaz de poder adelantarse a las necesidades del usuario para ofrecerle el mejor servicio. Si la biblioteca o el centro de documentación médica no esta al servicio de los requerimientos de sus usuarios, realmente no está cumpliendo su misión. "

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