31/10/14

Freebies y otras perversiones

"Puede que un día, navegando por Twitter o por la red, hayas encontrado una URL acortada y no la hayas abierto por miedo: detrás de ese link -que no deja de ser una máscara-, puede encontrarse cualquier tipo de contenido, desde erótico hasta un virus.
Si quieres descubrir qué tipo de contenido se esconde tras la URL acortada, te presentamos URL Uncover, una herramienta que te permite ver el link original"

eguramente lo que más ha marcado esta época nuestra en la Documentación ha sido la tecnología pero también los freebies, la gran cantidad de productos y servicios que se ofrecen gratuitamente. La crisis ha ayudado a que los documentalistas y los bibliotecarios-documentalistas volcásemos nuestra atención hacia los freebies -yo creo que incluso a veces de forma inmerecida- porque eso no se tenía que justificar económicamente y se podía ejecutar con un presupuesto cero. 
Cuando el agregador de contenidos RSS Google Reader nos dejó compuestos y sin nada tuvimos que encontrar substituto o substituta y muchos lo encontramos en Digg y en Feedly, dos lectores de RSS que nos permitían tan bien como su predecesor o incluso mejor recibir los avisos de las actualizaciones de las revistas. Dado que no hay ningún compromiso adquirido, con Digg o con Feedly, el día menos pensado nos puede ocurrir que cambien las condiciones del servicio o que incluso se suspenda y aquí paz y después gloria. Pero no es tanto ese el tema que quiero señalar, sino el de que estos servicios a veces cambian su orientación o alguna funcionalidad con una actitud líquida que solo se puede explicar desde el marqueting.
Por ejemplo, anteayer Feedly publicó en su blog que han decidido retirar los url (uniform resource locator) acortados de su sistema. Los urls acortados se habían anunciado e introducido recientemente, en enero. Las razones que en aquel momento se dieron (para acortar los urls) era que eso facilitaba su uso social, el de compartir enlaces. Tengamos en cuenta que un tuit en Twitter no deja escribir más que 140 carácteres. Y que si los consumimos no dejamos espacio para citarlo con un pequeño comentario.
Sorprendentemente, para mí al menos, ese post aparece hoy tachado y con el siguiente mensaje: "Update Oct 29th 2014. With hindsight this was a bad idea. We focused too much on feedly's growth versus doing what is right for users and for the Web. Sorry. We retired the URL shortener as part of feedly 24". Hasta donde yo recuerdo es la primera vez que me he encontrado con un pentimenti de estas características. Hay posts que merecen anotaciones o aclaraciones, que pueden ser retractadas, pero... ¿tachadas?


Esta forma de comunicación introduce un estilo que se sale de lo establecido, lo cual era es, como todas las convenciones, útil. El sistema de publicar algo y luego retractarse, incorporando las referencias cruzadas oportunas para que nada quede suelto, es lo que convencionalmente se venía utilizando en todos los ámbitos de la publicación, digital o impresa. El tachado introduce una novedad que a mi entender abre la veda a todo tipo de extravagancias tipográficas y en donde lo que se tambalea es la validez o la permanencia de un mensaje pero también todo un sistema de valores en los que la "palabra dada" tenía algún valor.
Las razones que se dan ahora para retirar el acortamiento de los url son que así los usuarios tendrán un mayor control sobre lo que exactamente están abriendo cuando clican un enlace entero (sin acortar). Naturalmente, si en vez de abrir un enlace que pone:
http://blog.feedly.com/2014/01/17/our-new-url-shortener-feedly-come/

abrimos un enlace que pone
http://bit.ly/1tgB6fs
(que es exactamente el mismo enlace pero acortado en Bitly), lo haremos confiando en que quien nos ofrece el enlace no nos va a enviar a una página sorpresa ni a una "shock web" ni nada por el estilo (un virus o pornografía infantil).


En realidad los proveedores de urls acortados lo que nos proporcionan es algo manejable y que cuyo tráfico podrán rastrear. Un url acortado en mi cuenta de Bitly, como el que hemos ejemplificado arriba, solo requiere ser introducido en la barra de navegación con el signo +

http://bit.ly/1tgB6fs+

para que me permita obtener un análisis de todo el tráfico obtenido e incluso saber si alguien en concreto ha clicado ese enlace y a qué hora ¿Perverso? Depende.
De manera que la explicación en rose  y neogeek cosmobibliovisionaria por la cual pensábamos que nos ofrecían un url que podía ser incrustado perfectamente en un tuit debido a su corta longitud, que era más bonito que uno de esos urls superlargos y cargados de signos tipográficos imposibles de transcribir, de esos urls imposibles de editar convenientemente en forma impresa, pues... sin dejar de ser verdad, debe de ser matizado por la realidad de que le esquilmaba control a los usuarios, y de que en algo añadía redireccionamientos y peso al tráfico de internet. En una palabra el acortamiento de urls le quita transparencia al tráfico clics. Y no nos referimos solo a los spammers y a los que hacen actividades ilícitas en internet, sino simplemente a los que no tienen en consideración la privacidad de los usuarios.
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A veces tengo observado en mis usuarios sanitarios (médicos), incluso en nativos digitales, que son extremadamente cautos en sus movimientos dentro de internet. Navegan sin la osadía que tengo yo, que solo me freno cuando ya se me van a pedir datos o no digamos el número de mi tarjeta de crédito. Y son cautos por demás, teniendo en cuenta que la mayoría de ellos yo sé que desconocen todas las triquiñuelas a las que me he referido en este post. 
De hecho nos sorprendería saber lo bajo que es el número de personas que sabe que Pilar Rahola -por ejemplo- cobra un suplemento de sus ingresos en "La Vanguardia" en función de los clics que obtienen sus columnas.

(c)SafeCreative *1410312433868 2022: 2212192894925

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